Variadas actividades de concientización y difusión desarrollaron los CESFAM de Los Ángeles en el Día Mundial del Parkinson, incluyendo en ellas a sus funcionarios y usuarios.
En el CESFAM Norte el equipo de la Sala de Rehabilitación con Base Comunitaria (SRBC) organizó una charla en la que participaron un químico farmacéutico y 2 internos de Medicina, junto a unos 15 usuarios diagnosticados con esta enfermedad de los casi 40 bajo control atendidos en este centro de salud familiar, además de algunos cuidadores, explicó el terapeuta ocupacional Eduardo Acuña.
“En dicha actividad se realizó educación por parte de los internos de Medicina, respecto a la clínica del Parkinson; en segundo lugar, se realizó una presentación por parte de nuestro químico farmacéutico, quien los educó respecto a la posología, también al stock que maneja la atención primaria en relación al Parkinson y sobre los efectos adversos y consideraciones con respecto a los fármacos para el manejo de la enfermedad de Parkinson”.
Mientras que en el CESFAM Dos de Septiembre, el equipo de rehabilitación del establecimiento se hizo presente para educar y responder a las consultas de su comunidad, relacionadas con esta patología que afecta a adultos y personas mayores, pero que también cuenta casos diagnosticados en adultos jóvenes.
En el CESFAM Rural Santa Fe se efectuó una sesión educativa, proporcionando información detallada sobre la enfermedad, sus síntomas, tratamientos y estrategias de apoyo para mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
ENFERMEDAD NEURODEGENERATIVA
El Parkinson se relaciona con una condición degenerativa, progresiva y crónica del sistema nervioso que causa severos daños neurológicos, generando alteraciones en el control y coordinación de los movimientos del cuerpo y rigidez muscular. Los síntomas aparecen de forma progresiva, afectando algunas zonas del cuerpo como las manos, los brazos, las piernas y la cara. Luego se extiende a todo el cuerpo, causando severidad motora, temblores, problemas de equilibrio y coordinación.
Es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente, después del Alzheimer.